Terapia-Oráculo de Cantos Arquetípicos

Terapia-Oráculo de Cantos Arquetípicos

martes, 24 de enero de 2017

TESTIMONIOS





LA EXPERIENCIA DE FERNANDO



Hubo tormenta y hubo amanecer. La luna sincronizó la agonía de un yo cojo, que ya no se sostenía en su propio cielo hecho de mentiras y edificado en el miedo de no ser lo suficiente. Ahora soy suficiente para mí mismo, no me debo la gloria ni el galardón.

La serena presencia de Juliana, y su sabio atestiguar mi propio poder, fueron suficientes para que saliera a la luz la lava del volcán. 
Surgió y fue fructífera, en vez de arrasar con pompeya sembró flores y bendiciones a su paso, y sonrió inocente al ver a los pueblos antiguos reencarnando en gentes y festivales de luz de una Nueva América, y una bella y amarilla tierra a la que ya le vienen sus premios y sus guirnaldas. 


Esto ha sido este canal ancestral que se hace paso en el corazón de Colibrí de Oro y que ojalá siga vivo en mi palabra, mi canto y mis letras escritas
.


(Fernando Baena Vejarano
)

Escritor, novelista y poeta. 
Director Centro de Desarrollo Transpersonal 

http://www.tumeditacion.com/



LA EXPERIENCIA DE AMPARO



Me quité los zapatos, apagué el cigarrillo y atravesé la puerta. No era la primera vez que entraba en aquel lugar pero todo parecía brillar de una manera diferente. El aire se sentía fresco y cada detalle irradiaba posibilidades y esperanza. Todo era armonía, confianza y belleza. Me miró a los ojos y movió sus alas tan rápido como lo saben hacer los colibríes, invitándome a sentarme en el centro de la vida. Nos quedamos silentes mientras escuchábamos el sonido de tambores que agradecían sin cesar nuestra presencia en aquel mágico lugar. Mis pensamientos no se detenían en nada puesto que mi mente se expandía con cada movimiento de aquella preciosa pajarita que hoy abría las puertas de su corazón y su experiencia para brindarme la posibilidad de viajar por mundos desconocidos e insospechados por mí, hasta ese momento.


Tan pronto cesó la música de los tambores, las paredes se deshicieron y el lugar se convirtió en una hermosa galaxia por donde empezamos a volar, llenas de alegría. Ella revoloteaba y cantaba, indicándome el camino que debíamos tomar.


Dos hojas de plátano nos sirvieron de embarcación para adentrarnos en el mar de la existencia, descubriendo lugares en donde la gestación permanente, permite que la vida no se detenga, que su ritmo fluya por nuestros actos y por nuestros pensamientos. Entendí la maravilla del amor y redescubrí lugares que alguna vez había conocido pero que se habían quedado en otro tiempo. La naturaleza nos guiaba y la pajarita me anunciaba cuándo debía bajarme de la natural embarcación para reconciliarme con alguno de los aspectos de la vida que podrían detener nuestro recorrido. A veces me dejaba sola para que yo misma buscara los senderos que debía recorrer y así fue como me fui encontrando con un sinnúmero de personajes que se fueron convirtiendo en los protagonistas de los cuentos que escribí durante mi permanencia en Colibrí de oro. Y es que tenía que ser de oro, porque sólo este precioso material puede lograr todo lo que la pajarita me mostró y enseñó durante mi estadía en su lugar de ensueño.


Conocí sobre el poder de los mitos y descubrí otro universo de la escritura que hasta ese momento no había recorrido. Me presentó los dioses de diversas culturas, su significado, la confluencia de la búsqueda humana a través de la historia de las culturas. Todos los días tenía un invitado para mí y con él viajábamos hasta mundos desconocidos en donde cada paso que dimos me trajo una pista para entender y embellecer la vida. Así fueron pasando los héroes, las hechiceras, los reyes, la jardinera y muchos amigos más que ella llamaba los arquetipos y que se fueron metiendo en lo más profundo de mi ser para despertar mis propios yoes, haciendo más fácil el arduo camino de la existencia.


Algunos días me acomodaba en un colchón de nubes y comenzaba a cantar y a revolotear de tal manera que mi cuerpo se deshacía para dejarme convertida en energía. Plácidamente me despertaba de aquel ensueño y compartíamos todas las visiones y sensaciones para dibujarlas y exponerlas en una galería a donde no llega el público, a donde no van los críticos, en la que solamente se producen las obras para ese infinito que las recibe sin evaluar, criticar o sobredimensionar.


Algunas veces, cuando absorta en mis emociones, me encontraba debajo del árbol de la creación, esperando que sus jugosos frutos se deslizaran por mi garganta para dar fruto a los textos que escribo, ella llegaba con unas ramitas en su pico, batiendo sus alas tan rápidamente como sólo lo saben hacer los colibríes, y me entregaba las señales que me llevarían hacia territorios sin explorar en los que me encontraría, además, con situaciones o circunstancias que no había entendido, solucionado o elaborado del todo. Así que fue viajé hacia el pasado para encontrarme durmiendo entre la sonrisa de mi madre, o para caminar al lado de mi padre, protegida por un grueso abrigo de paño a la usanza de la época, o para volver a sentir la maravilla de aquel jardín que en compañía de mis cuatro hermanos, sembramos una vez, para hacer mucho más bella y plena la posibilidad de la vida.


Mientras yo viajaba entre el pasado y el presente, e incluso avizoraba algo del futuro, la pajarita revoloteaba en aquel espacio abierto para recoger información precisa y adecuada, facilitándome la continuación de mi inolvidable viaje.
 

Amparo Molina Prieto (Poeta y escritora)


LA EXPERIENCIA DE ANGÉLICA

 Con un propósito muy íntimo de encontrar respuestas desde mí misma llegué al camino de los Cantos Arquetípicos, motivada por la palabra "canto" en búsqueda de mi propia voz.

Y qué sorpresa encontrar un camino a recorrer que superaba mis propias expectativas. La compañía, guía amorosa y canto divino de Colibrí de Oro, impulsando una voz inexplorada, mi voz, que se conectaba con pensamientos, sensaciones, descubrimientos desde la dimensión divina de la existencia, de mi existencia.

Es un camino que no termina, es el inicio de la expansión de mi propia luz, donde surgen desde las entrañas la vivencia y comprensión de arquetipos sagrados que estructuran mi lugar, aquí y ahora, en este cuerpo, en este planeta.

Me voy agradecida, me voy enriquecida, confiando en lo descubierto y aprendido. Me voy reconociendo el valor de la voz, mi valor y aporte al tejido sagrado del que ahora me siento parte, me voy enamorada de mi guardián mitológico, sintiendome abierta para ser guiada desde adentro del corazón del cielo, de la tierra desde el corazón humano, con la claridad de entregar y dar en beneficio ya no sólo propio sino en beneficio de todos los que me rodean.  


Angélica Chavarro Franco (Artista Plástica) www.facebook.com/angelica.c.franco.7



LA EXPERIENCIA DE ÁNGELA



Agradezco con profundo amor
al universo, la energía cósmica,
el mundo celestial, el origen;
esta bella oportunidad
de transitar tu camino.

Yo, estaba enredada en mi crisálida.
Yo, entre tantos hilos, y no todos míos.
Yo, tapando los orificios
que otros hicieron.

Y vino Colibrí, Colibrí de Oro.

Vino con su abrazo cálido y colmado de amor.
Abrazó mi crisálida y me envolvió en sus alas,
me dio su calor para calmar el frío.

Poco a poco, mi ser oruga
se fue desenredando.
Y ató con amor sus propios hilos.

Recordó las lecciones de la abuela araña
y construyó la más hermosa crisálida.
Y con su propia luz transmutó,
transformó su energía
y dio luz a su propio ser:
jardín mariposa.

Gracias Juliana,
por toda la luz que trajiste a mi vida,
por tu comprensión y tu amor,
por el abrazo de colibrí a mariposa.

Ángela Liliana Lara (Realizadora audiovisual)


www.facebook.com/Angela.Mariposas



LA EXPERIENCIA DE CÉSAR


Colibrí de Oro, eres un canal al universo infinito, tu medicina y tu tecnología me han impresionado positivamente, y me han ayudado fuerte y suavemente a sentir, a crear, a solucionar y a crecer. Colibrí de Oro, gracias por viajar conmigo por el cosmos y por la mente, en esos lugares guiado por tu canto y tus instrumentos divagué, luché, viví, entendí, purifiqué, soñé, encontré, curé, asumí, reí, lloré, volé, me perdí, me encontré; pero todo con alegría, seguridad y cada vez menos miedos y celdas, pues allí estabas acompañando, guiando y respetando los andares por los que caminamos. Colibrí de Oro, gracias, porque además de entender e iniciarme en un propósito, también hiciste que surgieran muchas más cuestiones importantes y se afirmaran y debilitaran otras de acuerdo a los mejores designios.

Colibrí de Oro, en mis pensamientos siempre te daré gracias y bendiciones, en mis pensamientos positivos y trascendentalmente prósperos tendré un jardín maravilloso en donde espero tenerte de visita con tu energía, tu canto y tu tambor, para poder aprender más de tu sabiduría y tu medicina, pues sé que en mi camino la necesitaré como una guía y amiga.

Gracias, este Oso ha crecido, sus energías se han balanceado y su fe se ha fortalecido. Este Oso también sabe que está en un proceso que hasta ahora ha iniciado y que es largo, pero siente el inquebrantable  compromiso de continuarlo con las virtudes necesarias, esto por el respeto y la admiración que por tu espacio y tu medicina, en su interior se ha formado.

Espero seguir trabajando por mí y por los demás y así sentirme digno de ser un Jardinero del Aro iris.

Colibrí de Oro, infinitas gracias y bendiciones, espero haber sido una buena compañía en la rueda, me quedo y resalto una imagen mental que tengo ahora mismo, un universo de prosperidad trascendental, felicidad y amor en todas las relaciones de todos los seres. Es un sueño que seres como tú ayudan a ser real.

El Oso, nuevamente te da sus abrazos, gracias y bendiciones.

El Oso seguirá escribiendo más líneas en su mente. 

Gracias por siempre. 

César Enrique Carvajal Salamanca 
(Amante del arte, aprendiz de diversos lenguajes artísticos y creador de su propia vida).

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